sábado, 1 de septiembre de 2012

Las palabras

Nada tiene tanto poder. En una canción, en una novela, en un cartel en la calle, en una camiseta...podemos encontrar palabras allá donde miremos. Sin significado aparente o con mil posibilidades. Pueden crear conflictos o traer la paz. Pueden elevar nuestro corazón o hacerlo pedazitos. Pueden mover el mundo.
De nada sirve una palabra pensada. Si no se pronuncia, si no se escribe, si no se manifiesta no es nada.
Pero a veces nos entra el temor. Pensamos que al pronunciarlas desaparecerán para siempre. Palabra pronunciada, palabra perdida. Por eso muchas veces las retenemos, intentamos guardarnos para nosotros aquellas palabras cargadas de significado que no queremos perder.
Y no es así. La palabra pronunciada busca su destino, se transforma. Se evapora pero antes deja una señal que perdura para siempre en nuestra memoria y en a quién va dirigida.