martes, 5 de abril de 2011

Ayer estuve de compras. Era un dia normal como otro cualquiera, era lunes!Y aún así fue un dia de esos que no olvidas. No hay nada como ir de compras con una buena amiga. Porque entre compra y compra hay paradas para un cafe y planear la próxima adquisición. Es chismorreo del bueno que hace que todo sepa mejor. Además yo soy de las que cuando entra a una tienda a probarse mete mil cosas en el probador, solo para no tener que salir a buscar otra talla. Y claro para eso está tu amiga que pasa con pocas prendas para que tu puedas meter mas. ¡Qué haríamos sin ellas! Lo divertido es cuando te saltas alguna regla como solemos hacer nosotras..no, no es que robemos nada a hurtadillas jaja lo que hacemos nosotras es entrar juntas al probador. Nunca he entendido porque no pueden entrar dos personas juntas. Si así habría menos cola!! Y siempre se tarda el doble porque tienes que esperar a que tu amiga termine para opinar sobre los modelitos que te pruebas. En fin, nosotras somos malas y además de meternos juntas, cogemos el probador más grande que hay. Si los probadores hablasen..cuantas tonterías se hacen y dicen allí dentro! Cuantas confidencias quedan entre esas cuatro paredes...y cuantos "¡ohhh....eso te queda perfecto!"se habrán dicho. Además está comprobado que compartiendo probador, el numero de ventas aumenta. Vamos chica que son todo ventajas.
Bueno y aparte del gustazo que te da comprarte nuevos accesorios, ¿que me decís del ejercicio que se hace?Porque quien diga que ir de compras es algo pasivo no tiene ni idea de lo que habla. ¿Tu sabes la de calorias que se queman comprando a contrareloj? Porque las que no tenemos tiempo para ir de compras a menudo, tenemos que hacerlo todo en una tarde: ropa, zapatos, complementos, maquillaje...Y claro todo no está en el mismo sitio, casi se recorre uno media ciudad...Porque aprovechas, ya que está tu amiga quieres enseñarle todo lo que has visto en la revista y que te ha gustado para saber su opinión. Y esto es como hacer una ruta turística jajaja.
Vamos que ir de compras aumenta las endorfinas, quema calorías y encima luego estás divina. Y luego los hombres preguntan por qué nos gusta tanto ir de compras. Pobres ignorantes...